Si buscamos una definición muy general de la comunicación podríamos decir que es, en su esencia, el intercambio de información. También podemos estar de acuerdo en que esta puede ejercerse de mejor o peor manera. Lo cual se evalúa en base a la efectividad con que alguien logra expresar lo que pretendía. Comunicar excelentemente es mucho más que un discurso bien armado, es realmente hacerse entender.
En el ámbito de la comunicación de una empresa hacia sus colaboradores, que comúnmente llamamos comunicación corporativa, me atrevería a destacar dos aspectos fundamentales, que por supuesto no agotan la discusión:
Limitar la información no suele ser bueno.
Cuando una persona no sabe que está pasando en la empresa en sus ámbitos más generales, tampoco sabe bien cómo debe trabajar. El sentido profundo de la función de cada cual sólo se entiende bien cuando se inserta en un conjunto de interrelaciones funcionales complejas. Las cuales confluyen últimamente en un propósito organizacional que las convoca y fundamenta. Proporcionar información escasa es infrautilizar a las personas, es empobrecer su capacidad de aportar a la organización. Por ello, la comunicación corporativa debe ser abundante y diversa.
La buena comunicación se da en el diálogo, es decir, en la bidireccionalidad.
Cuando el que recibe el mensaje retroalimenta al que lo dice, es cuando este último puede corregirlo y ajustarlo. En la actualidad tenemos muchos canales de comunicación unidireccionales, por eso comunicamos más, pero no necesariamente lo hacemos mejor. Hacerse entender efectivamente sólo se logra averiguando, de un modo u otro, que se ha asimilado de lo que se dijo, para volver a la carga y expresarlo mejor. El mensaje que se auto explica de forma perfecta no existe, siempre tendrá distintas interpretaciones, por eso hay que desentrañar constantemente el verdadero espíritu que lo motiva.
Una comunicación corporativa abundante y bidireccional requiere un gran esfuerzo. Para apoyarla, en el mercado existen muchos productos tecnológicos, nosotros en Vixonic tenemos algunos. Ahora, nunca se debe perder de vista que estas tecnologías en sí mismas no bastan, sino que son radicalmente un medio, muy potente por supuesto, creado para estar al servicio de una excelente comunicación. La escritura, la palabra hablada, los gestos, o cualquier vehículo expresivo, también son medios, son símbolos que generalizan, que no lo pueden decir todo, pero utilizados en conjunto permiten comunicar cada vez mejor. El esfuerzo comunicativo permanente es un componente fundamental en cualquier liderazgo organizacional.
Por Andrés Gómez
Presidente Ejecutivo grupo Mandomedio
